Con un pequeño formato, los protectores de Clase I+II para instalaciones eólicas se convierten en unidades mejoradas del modelo Strikesorb 30 para ofrecer elevadas prestaciones en aerogeneradores y otros equipos de energía.
El grupo Raycap, grupo a la vanguardia en la investigación y producción de varistores y de protectores contra sobretensión y distribuida en España por DISMATEL, ofrece la familia de protectores Strikesorb 30 mejorada, como nuevos dispositivos SPD de protección ante sobretensiones que dota de una solución de Clase I+II (IEC 61643-11) a la hora de salvaguardar los equipos situados en instalaciones eólicas.
Beneficiándose de las prestaciones de la tecnología Strikesorb, estos protectores con formato compacto (diámetro de 43 mm, altura de 50,3 mm y peso de 160 gramos) aportan flexibilidad adicional a los diseñadores en los procesos de instalación en sistemas que pueden sufrir descarga directa e indirecta de rayos. También cuentan con la certificación UL Type 2 Component Assembly y elevados niveles VPR.
“Garantizando una protección más eficaz con un diseño compacto, estos protectores de Clase I+II con tecnología Strikesorb tienen la capacidad de instalarse en lugares con posibles condiciones de cortocircuito y salvaguardar equipos eléctricos más críticos ante las sobretensiones”, destaca Zafiris Politis, Vicepresidente de Investigación y Desarrollo de Raycap.
Otras características de los nuevos protectores de Clase I+II
Los dispositivos Strikesorb 30 mejorados ayudan a aumentar la eficiencia en aplicaciones energéticas al poder resistir múltiples impactos directos sin degradación de rendimiento y seguir protegiendo turbinas eólicas y otros equipos.
Además, las unidades Strikesorb con diseño IP65 también se caracterizan por soportaruna corriente de descarga de impulso (Iimp) de hasta 7,5 kA (10/350 µs), un tiempo de respuesta de menos de 1 ns, un rango de frecuencia de 0 a 500 Hz y un rango de temperatura de -40 a +100 °C.
La familia Strikesorb ha demostrado su valía como solución de protección ininterrumpida en una amplia variedad de tensiones y aplicaciones, incluyendo energía eólica y solar, telecomunicaciones y otros mercados de misión crítica.