Artículo técnico escrito por Mark Patrick de Mouser Electronics para nuestro periódico técnico en el que desarrolla la idea de la seguridad biometríca en nuestros días.
En solo unos años, la biometría ha pasado de ser una tecnología de seguridad muy selectiva a implantarse en casi todos los modelos modernos de smartphone actuales.
Gracias en parte a la función Touch ID de Apple, que ha llevado la autenticación mediante huella dactilar al gran público, ahora estamos viviendo con una nueva oleada de seguridad basada en datos biométricos en los dispositivos convencionales. Con el último iPhone X, Apple ha introducido una nueva función de autenticación facial mediante sensores IR. Entonces, ¿es la autenticación facial el futuro de la seguridad biométrica o no está aún preparada esta tecnología para la adopción masiva? ¿Seguirán utilizándose a largo plazo los mecanismos de autenticación mediante huella dactilar?
Seguridad biometríca cómoda
Las contraseñas se han utilizado durante décadas para autenticar los sistemas informáticos; entonces, ¿para qué utilizar la biometría? La respuesta es sencilla: por comodidad. Los sistemas de seguridad biométrica, ya sean de huellas dactilares, escaneo del iris o reconocimiento facial, son mucho más fáciles de usar que las contraseñas y, en el mundo real, la comodidad genera una mayor seguridad.
Aunque las contraseñas bien formadas (básicamente, cadenas largas de caracteres y números aleatorios) pueden ser una forma de autenticación extremadamente segura, la realidad es que este tipo de contraseñas seguras son difíciles de crear y recordar. Esto significa que, a menudo, se crean contraseñas fáciles de adivinar, como «abc123», o se almacenan en lugares de fácil acceso, lo que va en contra del objetivo de las contraseñas.
La seguridad biométrica utiliza una forma de identificación inherente a nosotros, lo que significa que nunca podemos perder u olvidar las contraseñas. La biometría tampoco requiere introducir una larga cadena de caracteres, sino que simplemente tenemos que exponer características exclusivas de nuestro físico (ojos, dedos o cara) a un sencillo escaneo. En la actualidad, el estado predeterminado de un smartphone es bloqueado por biometría.
La biometría no es infalible; de hecho, puede ser más fácil robar las huellas dactilares de alguien que su contraseña memorizada. Sin embargo, la gran comodidad que ofrece significa que los usuarios que utilizan dispositivos y sistemas con autenticación biométrica son más proclives a cumplir las medidas de seguridad básicas y, por lo tanto, a una mejor seguridad general.
