G+D Mobile Security ha firmado un acuerdo estratégico con la compañía francesa Worldline para reforzar la seguridad de los entornos IoT en el sector industrial.
Mediante este acuerdo, G+D integrará su solución de seguridad CPS Protect en la plataforma de Industria 4.0 de Worldline, perteneciente al grupo Atos, que actualmente integra a más de 350.000 máquinas críticas de negocio en segmentos como dispositivos médicos, turbinas de gas o vapor o sistemas de regulación de tráfico.
La plataforma de Worldline, denominada Codex Connectivity Platform, puede ser integrada dentro de cualquier red industrial IoT o de aplicaciones de servicios remotos proporcionando seguridad bidireccional al intercambio de datos entre dispositivos de datos y plataformas cloud o backends remotos, y permitiendo una amplia variedad de usos en el entorno industrial tales como mantenimientos remotos, monitorización de estados, gestión del ciclo de vida de dispositivos, análisis del uso de productos o mantenimientos predictivos.
Por otro lado, la solución CPS Protect de G+D permite que las empresas dispongan de una seguridad basada en entornos Edge Computing con soluciones como firewalls o sistemas de detección de intrusos, combinando a su vez hardware de calidad con entorno de desarrollo software que cumple con los exigentes requerimientos gubernamentales. El sistema, usado desde hace una década por empresas financieras, papeleras y mineras, ofrece soporte durante todo el ciclo de vida de la maquinaria industrial, que en algunos casos puede superar los 30 años.
Gracias a este acuerdo, la plataforma de Worldline se convierte en un servicio cloud altamente escalable con una gran variedad de protocolos de comunicaciones como IPSec, SSL/VPN y Websocket, todo ello cumpliendo estándares de seguridad industrial, tales como IEC 62443. Además, proporciona una completa rastreabilidad de la comunicación entre los dispositivos industriales.
Tecnología en el acuerdo con Worldline
La tecnología edge computing traslada la capacidad de procesar la información a los propios dispositivos que generan los datos, descargando así a los servidores centrales. Esta tecnología discrimina entre qué información puede almacenarse localmente y cuál necesita ser enviada para ser procesada y usada posteriormente.
